Hace unos días el Congreso ha aprobado la llamada Ley de residuos y suelos contaminados. Temas políticos aparte, la aprobación de esta ley conlleva un cambio en la manera de entender la Cadena de Suministro.
Hablemos de logística inversa.
Las empresas deberán tener en cuenta que no sólo tendrán un flujo proveedor-fábrica-cliente sino que existirá un flujo inverso cliente-fábrica-proveedor al que tendrán que hacer frente. ¿estamos preparados para estos costes?
En Europa nos llevan bastante ventaja (como siempre) en estos tema. Alemania lo implantó en 2003 y ya ha conseguido reciclar el 98,5% de latas y botellas de plástico.
El retorno de una botella para su reutilización implica, por ejemplo, que los comercios deberán disponer de ubicaciones y herramientas para almacenar estos productos. Que el distribuidor tendrá que planificar sus rutas para ir recogiendo esta mercancía. Además, cuando la lleve a destino, deberán existir máquinas, procesos, personal,... que permitan recuperar la botella e introducirla de nuevo en el proceso productivo llenándola otra vez con su correspondiente bebida.
La logística inversa, uno de los actores normalmente olvidado hasta ahora torna como uno de los principales protagonistas para un futuro muy cercano. ¿Qué opináis?
